Desde que llegó a Universidad de Chile, cuestioné mucho la decisión de la mesa directiva o más bien el capricho atolondrado del mandamás por querer contar con él, un personaje que lo más notorio que tiene, es haber dirigido en la macía del Barcelona a una generación dorada, pero nada más. Solo esperaba que esto no siguiera la tónica de los entrenadores anteriores, pero al parecer me estoy equivocando, un entrenador con verso y que es un personaje, solo basta con escuchar o leer sus declaraciones.
Con pobres rendimientos tanto individual como colectivamente en los amistosos, este equipo sin una idea clara no fue capaz de sobrepasar a un equipo de la segunda división del fútbol chileno y solo le gana en las postrimerías del encuentro con un solitario gol, do días después fue incapaz de doblegar al penúltimo de la liga argentina y más encima con un hombre más durante 60 minutos y hace unas pocas semanas en un partido de entrenamiento gana 1-0 sin descollar mucho.
Más nombres que calidad futbolística, sin ideas concretas, sistema de juego que no se entiende, así nunca se ha ganado y hoy, nuevamente, se demuestra con el infantil desempeño de Jara, Espinoza, la fantasmal presencia de Gastón Fernández, y sin alguna idea clara de juego por parte del entrenador. Perdimos con un equipo aplicado, inteligente y cuyo entrenador se sabe por libro cómo jugar contra equipos grandes.
No me ilusiono para nada con un campeonato, ni mucho menos pasar de ronda en la Copa Sudamericana si sigue este entrenador. Falta alguien con carácter y que no le tema a nadie ni nada por tener que dejar afuera a jugadores por rendimientos paupérrimos y miserables. Sin embargo, el no hacerme ilusiones me deja espacio para la sorpresa y que esto se pueda revertir.
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