Dedos para el piano.

Nada más fácil y sencillo que opinar “era lo que yo pensaba y debió hacerse hace mucho tiempo…” cuando se trata de referirse a la, por fin, desvinculación del DT Alfredo Arias de la conducción del primer equipo de la “U”.

Pero con eso no basta. Es muy necesario, imprescindible quizás, ir al origen del problema. E identificar, aunque ello se haya hecho vasta y reiteradamente, a los principales responsables del auténtico ‘mamarracho de gestión deportiva’ del último tiempo a cargo de Azul Azul y de las personas contratadas y remuneradas para dicha área específica.

Lo que sucede actualmente no solo con la pésima e incómoda posición en la tabla del equipo, sino con la pobrísima expresión de fútbol demostrada en las competencias recientes, no es culpa solo de Arias. Tampoco de Kudelka. Ni tampoco de Hoyos. Hay otros protagonistas del desastre que no conviene olvidar si se quiere tener una visión completa del tema.

El gran problema a juicio personal es el uso indiscriminado del “dedo” para asignar tareas a quienes, una y otra vez, han demostrado incapacidad para la función de regir los destinos deportivos de club. Y en algunos casos con serias sospechas de cruzar sus intereses (incluso económicos) o de darse ‘gustos personales’ con tareas que por esencia deben ser institucionales y desprovistas de cualquier sesgo particular.
Es así como el ex presidente, y aún propietario mayoritario de las acciones de la sociedad anónima Carlos Heller, delegó con extendidísimos poderes las funciones deportivas a personas de su particular y total confianza como Mario Conca, Sabino Aguad y/o Ronald Fuentes. Todos, sin distingo, cual más cual menos, dejaron de manifiesto que “dedos para el piano” nunca tuvieron muchos para realizar esta labor de manera correcta ni mucho menos profesional. ¿Fallaron estos últimos o se equivocó Carlos Heller en decidir en quien confiaba tan ciegamente?… Cada uno puede tener su opinión al respecto.

Fue así como Azul Azul cayó en la pobreza de recursos con la que debe enfrentar, por ejemplo, este último período prácticamente sin recursos económicos El pago de altas indemnizaciones para ‘deshacerse’ de malos elementos de los cuerpos técnicos o de los planteles pasados, (o lo que ocurrirá seguramente con el actual a fin de año), tienen su origen en las malas decisiones de parte de quienes los trajeron. También lo es el pago de sumas exorbitantes de dinero en pases o sueldos por jugadores que dejaron demostrado muy pronto que no tenían el nivel para rendir en un equipo como la “U”. Es así también como se debió ver retrasado de paso hasta hace 48 horas la decisión de sacar a uno de los peores técnicos que ha llegado alguna vez a la “U”. Algo que pudo y debió hacerse hace mucho rato pero se trataba de evitar el desembolso.

La etapa que viene es de total incertidumbre. ¿Logrará Hernán Caputto, un funcionario del club que asume esta difícil tarea de manera interina, revertir la pésima tendencia expresada en el juego? ¿Tendrá tiempo suficiente para evitar lo que nadie quiere que es volver a ver a la “U” en Primera B?… El problema con que se enfrenta es mucho más grande y difícil que el mero hecho de tomar por primera vez en su carrera un equipo profesional. No cabe duda que virtudes personales y profesionales puede tener y las ha demostrado en el ámbito de las selecciones menores. Pero este plantel tiene otras características muy diferentes, aparte de estar psicológicamente muy tocado por los malos resultados. Hay jugadores que han demostrado reiteradamente que son para otro nivel de exigencias. Se han encargado los mismos de hacernos ver que ya no rindieron y que la prudencia hace aconsejable prescindir de ellos en lo sucesivo. Que se deberán buscar en los formados en casa probablemente las respuestas o soluciones para resolver este entuerto ocasionado por los responsables arriba individualizados.

Ojalá este DT interino tenga el apoyo de sus propios dirigidos primeros y la sapiencia necesaria para afrontar el angustioso presente por ahora, y luego el futuro inmediato.
Debe demostrar que tienes “dedos para el piano” y, sobre todo, mucho carácter. Desde esta columna, si pudiera hacerle una solicitud, es esperable que sus futuros equipos entren a la cancha y así se mantengan, con 11 jugadores. No con 10, con 9, ni con 8, como suele suceder cuando hay en las formaciones elementos de tan poco aporte como Benegas, Martínez, Campos López o Aveldaño, por citar algunos de los muchos ejemplos. Si es así, estará dando un primer paso hacia adelante para que las cosas empiecen a mejorar.

Los azules, porque así somos, seguiremos apoyando y llenando estadios. Pero a no dilapidar este ‘capital’ que es aparentemente en lo único en que la “U” sigue siendo ‘multimillonaria’.

Por Jaime Aguirre Dueñas, @jaimeagUirred, para www.100x100azules y @Cienx100Azules.

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