Para prácticamente ningún hincha azul es una novedad que esta es la última temporada de actividad futbolística profesional de David Pizarro, al menos con la camiseta de la “U”. Ha anunciado en cada oportunidad que se le ha preguntado, o cuando ha tenido la ocasión de hacerlo, que su físico y su mente le indican que debe dejar la actividad que por tantos años ha desarrollado, preferentemente en el exigente fútbol europeo.
Extraña por lo tanto este aparentemente decidido ‘cambio de orientación’ para esta última etapa de su actividad en lo que dice relación con el tiempo en que el actual cuerpo técnico lo está utilizando en los partidos que ha disputado la “U” en esta Copa Chile, volviendo al esquema de los últimos 20-25 minutos tal como fue en su primera etapa desde su regreso al plantel. Y esto marca una notoria diferencia con la decisión de Guillermo Hoyos de disponerlo para el equipo titular desde el primer minuto como ocurrió a lo largo de la primera rueda y en los partidos de Copa Libertadores, partidos en los cuales David se vio bien físicamente que era el fundamento (nunca, ni antes ni ahora, el futbolístico) por el cual el jugador solo era utilizado en el último tercio de los partidos.
Y sobre todo marca una dramática diferencia con lo que significa su presencia – o ausencia – en la cancha para el funcionamiento del equipo. Toda la labor de conducción y creación en el mediocampo, entregada a otros como Gustavo Lorenzetti por ejemplo, parece no tenerla nadie en el equipo hasta que Pizarro ingresa para darle mayor peso futbolístico a esa zona del juego, además del notorio aumento de las posibilidades para que los delanteros y las bandas tengan mayor incidencia en el partido y se comience a generar mucho más fútbol en campo contrario y en el área rival que en zonas propias. Ese mismo fútbol que escasea en los minutos anteriores y que nos hace, a quienes vemos y tenemos que comentar los primeros tiempos, reiterar la impresión de que el partido fue ‘fome’, lento y con una “U” predecible y desplegándose el mínimo después de los 10’ iniciales, que es lo que se puede extraer en lo concerniente a nuestras impresiones del entretiempo.
Las preguntas que caben hacerse son por lo tanto, ¿cayó tanto el nivel físico de David Pizarro desde la primera rueda hasta ahora como para que F. Darío Kudelka haya vuelto al esquema de incluirlo solo para los últimos minutos de los partidos?… o, ¿Seré el único que considera que el aporte al inicio de los partidos y hasta los 65’ o 70’ de Gustavo Lorenzetti es extremadamente inferior comparado con el que puede hacer David Pizarro?
En opinión de este columnista, si en los 5 partidos transcurridos hasta ahora -por minutos- el equipo se ha visto bien ofensivamente hablando, se debe principal y fundamentalmente a la influencia de David Pizarro en la dinámica del partido. Mientras él no estuvo en la cancha tuvo menos desborde Matías Rodríguez y menos despliegue de Jean Beausejour de lo que son sus conocidas capacidades para reiterar llegadas a la línea de fondo, además de adolecer el mediocampo del control del partido lo que se facilita mucho en base a la mejor administración del balón en los pies de David. Con su ingreso en cambio, se abusó entonces mucho menos del pelotazo largo desde los centrales, tan simplemente porque hubo quien creara y distribuyera la pelota de manera más inteligentemente y con mayor precisión.
Produce cierta extraña sensación por ende para quienes gustamos del fútbol bien jugado, que debemos ser la gran mayoría de quienes vemos semana a semana a la “U”, con elegancia y eficiencia, como es el tener la idea de no estar disfrutando del fútbol de David Pizarro a sabiendas que lo que puede estar quedando de él son sus últimos partidos en una cancha en competencias profesionales. Además obviamente de no poder verlo triunfar con la camiseta de la “U” que es la que más queremos.
Si no es por solicitud explícita del actual ‘8’ azul, francamente no se logra entender la decisión adoptada con él desde la banca técnica. Porque de su fútbol y con sus capacidades quedan pocos en este lado del mundo futbolístico y la “U” no puede darse el lujo de desperdiciarlo durante los 2 primeros tercios de cada partido. Tan simplemente porque en su puesto, para su función, con su categoría y jerarquía, no existe un segundo jugador como él en todo el plantel.
Es de esperar que esa equivocada decisión se corrija y realmente podamos verlo jugando al máximo, en tiempo, partidos y rendimiento, en los próximos 16 ó 20 encuentros que le quedan en el fútbol activo. Y con la camiseta azul para mayor beneplácito nuestro y el bien de todo el equipo.
#VamosAzules
Por Jaime Aguirre Dueñas, @jaimeagUirred, para @Cienx100azules y www.100x100azules.cl
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